A partir de esta Ley N° 21.643, que empezó a regir desde el 1 de agosto de 2024, las y los funcionarios de las universidades estatales, así como otros integrantes de nuestras comunidades universitarias, tenemos el desafío de reflexionar sobre la forma cómo nos relacionamos, de cuestionarnos actitudes y conductas que hemos naturalizado y que a veces poseen la potencialidad de hacer daño a los miembros del espacio en que convivimos. ¡Comprometidos con la dignidad laboral, la calidad de la gestión administrativa y la democracia universitaria, siempre!